La escena es parte de lo mejor de la cultura cinematográfica mundial, una silueta aparece detrás de una cortina de baño mientras una mujer toma una ducha en un hotel en medio de la nada. Un montaje impecable, muestra de uno de los grandes genios en la cima de sus habilidades, se trata de psicosis, que para muchos, y con buenos argumentos, la obra maestra de Alfred Hitchcock, amo y Señor del cine de suspenso.
La historia Norman Bates, el asesino de la cinta parece demasiado delirante para ser verdad lo cierto es que detrás de la dirección de Hitchcock y del no menos magistral guion de Joseph Stefano, hay en realidad un hay historia verdadera y espeluznante.
Se trata de la vida del asesino en serie estadounidense, Edward Theodore Gein, cuya historia conmocionó al mundo a mediados de los años cuarenta del pasado siglo. Los crímenes de Gein, resultan tan horribles e incomprensibles que su figura ha inspirado no solo a uno, sino dos personajes legendarios del cine de horror y suspenso. El terrible Jamie Gum del silencio de los inocentes y más notable todavía, el legendario “Leatherface” de las cintas “La masacre en Texas”, que comenzaran un género polémico, que el año logra recaudar millones, decenas de millones quizás en taquilla, el llamado filme “Slasher ”, donde la sangre es más frecuente que las palabras.
Pero más allá de su repercusión en la cultura mundial, la vida de Gein resulta aterradora. La incógnita… ¿Cómo fue que un muchacho tímido de noreste de estados unidos se convirtió en el asesino serial más temido y representado del siglo xx? Quizás nunca lo sepamos.
Edward Theodore Gein, el hombre que con el tiempo se convertiría en el asesino serial más prominente de su época, nació el 17 de Agosto de 1906, en el estado de Wisconsin al norte de Estados Unidos. Sus Padres eran un ejemplo claro de disfuncionalidad familiar, su Padre, George, era alcohólico con tendencia a la violencia doméstica, este el golpeaba con frecuencia a sus dos hijos, Henry y Edward. El menor era el más frágil de los dos. La Madre de Ed Gein, no era mejor persona, religiosas hasta el fanatismo, queriendo educar a Gein bajo las más estrictas reglas morales incluso mudando la familia a una granja alejado de la civilización. Aquel lugar se volvería una suerte de prisión para los niños que apenas salían de la casa para ir a la escuela, es por esto que Ed Gein creció pensando que el mundo exterior era horrible, inherentemente malo, y con una visión torcida de la realidad. Además el esquema psicológico de Ed Gein se complicó aún más por su apariencia corporal y fragilidad física, este era delgado, profundamente tímido y con una deformidad facial menor pero evidente, esta deformidad causó que fuera objeto constante de burlas, ¡pero no solo en su escuela! Sino en su propio hogar… donde su Madre no perdía oportunidad de demostrarle su profunda reprobación cada oportunidad que se le presentaba.
A lo largo de la adolescencia se volvió un muchacho cada vez más retraído y resentido, sin amistad alguna fuera de su problemático hogar. Para 1940 contaba con 34 años de edad, la muerte de su Padre desató una serie de acontecimientos psicológicos e históricos para Ed Gein, que culminarían con la más asombrosa y repulsiva serie de asesinatos conocidos hasta entonces en estados unidos. Tras la muerte de su Padre, Edward Gein, comenzó integrarse por mera necesidad a la sociedad en el pueblo de Plainfield, ya que, muy a su pesar, Augusta Gein se vio forzada a enviar a sus hijos a ganar dinero para mantener el hogar, durante un tiempo, pareciera que los extraños Hermanos podrían acoplarse en sociedad, a lo largo de dos años trabajaron con seriedad y fueron en General bien recibidos por sus vecinos.
Pero el destino les tenía preparado una sorpresa, en 1940 su granja sufrió un incendio en los pastizales que la rodeaban, los Hermanos intentaron extinguir el fuego pero… sólo Edward pudo volver a casa. Al apagarse las llamas, Edward encontró el cuerpo de Henry entre los despojos y escombros de la casa, a pesar de tener varios golpes en la cabeza, la policía inmediatamente descartó homicidio como la causa del fallecimiento. Pero las dudas persistieron por varios años, ¿era posible que Edward hubiera matado a su propio Hermano en un acto vil?...
Es difícil saberlo, lo cierto es que unos meses después con la muerte de Augusta Gein, quien fuera el único referente afectivo en el mundo de Ed Gein, Este comenzó a girar en una espiral de locura que culminaría en los crímenes más espeluznantes de la época.
Tras la muerte de su Madre, se recluyó y modificó su casa, se dedicó a vivir en un pequeño cuarto junto a la cocina, fue entonces que Gein se obsesionó por lecturas macabras, con particular frecuencia comenzó a visitar el cementerio local para exhumar cuerpos. Era cuestión de días para que esa bomba de tiempo, “el loco Gein”, hiciera explosión.
Para mediados de la década de los cincuentas, vivía solo… En la granja que había heredado de su Madre, a quien amaba de manera insana, por sobre todas las cosas. En el silencio del campo de Wisconsin, la frágil psique de Gein comenzó a resquebrajarse de manera definitiva. Su interés por la anatomía humana lo llevó a desenterrar cuerpos, usando un viejo auto, los llevaba a su casa, donde se dedicaba a estudiar los y destazarlos, como se representaría en la cinta “La masacre en Texas”, y no solo esto, además de su mórbida curiosidad por analizar cuerpos en descomposición y osamentas antiguas, Gein usaba la piel para hacerse prendas que lo hicieran parecer mujer, su locura era cada vez más es evidente.
Aunque pocos podían verlo.
Al poco tiempo, el hombre dio un giro que lo convertiría en un criminal de época, no conforme con cuerpos de personas ya fallecidas, fue en Noviembre de 1957 cuando cometería el asesinato porque sería recordado por siempre, esa fue la desaparición de una mujer llamada Bernice Warden, de más de cincuentena años de edad trabajaba la ferretería local.
Después de varios días de búsquedas, el sheriff de Plainfield y sus asistentes de policía llegaron a tocar la puerta de la granja de la familia Gein, ya famosa por ser conocida como una especie de casa embrujada. Lo que encontraron conmocionó no solo a la comunidad entera, sino a todo un país después de lo que vieron ahí… Uno de los oficiales en el sitio, el oficial Archley, sufrió una arritmia en el lugar, que le costaría la vida años después. Así de impactantes fueron los macabros hallazgos en la granja Gein.
En el piso encontraron, distintos restos humanos, la cama de Gein estaba decorada con huesos y cráneos… en el cobertizo, estaba del cuerpo de la Señora Warden, colgado y descuartizado como el de un venado.
Y no solo eso, tambien encontraron varios utensilio, adornos, entre otros objetos, confeccionados a partir de estos cuerpos...
Edward Gein fue detenido de inmediato, después de su captura, Gein fue interrogado por la policía durante horas, algunos rumores incluso señalan que fue golpeado por los oficiales, conmocionados por la magnitud de la crueldad y locura de Gein.
Edward Gein, admitió haber cometido el asesinato de Bernice Warden y no solo eso, narró con detalle sus experiencias desenterrando cadáveres y usándolos para sus esotéricos fines. Al poco tiempo del interrogatorio fue enviado a un hospital psiquiátrico. Después de una década el caso Gein finalmente llegó a la corte. Como era de esperarse, el llamado “Carnicero de Plainfield” fue declarado culpable, pero el juez de lo mandó a la cárcel, tras decidir qué Gein sufrió una severa demencia, lo sentenció a vivir el resto de sus días en el manicomio, Vivió una década en el hospital central del estado de Wisconsin y después en otro instituto de salud mental, donde murió en 1984, a la edad de 77 años.
Todo aquel que trató con él durante sus años de reclusión, lo describe como un hombre tranquilo y de finos modales, para entonces Edward Gein ya había ganado fama mundial no sólo por sus propios crímenes, sino por la interpretación que de ellos se hizo en la cultura popular a lo largo de la segunda mitad del siglo xx, Gein sirvió como inspiración del escritor de terror Robert Block, cuando creó en 1950, al personaje de Norman Bates, en la novela Psicosis. Un hombre tímido y retraído, con instintos asesinos irrefrenables, que convive con restos humanos incluido el cadáver de su Madre, en una casa en medio de la nada. La locura de Norman Bates, impensable hasta entonces, se había vuelto inverosímil gracias a la historia de ese otro hombre, ese otro monstruo, que sacudió a una nación.
La historia Norman Bates, el asesino de la cinta parece demasiado delirante para ser verdad lo cierto es que detrás de la dirección de Hitchcock y del no menos magistral guion de Joseph Stefano, hay en realidad un hay historia verdadera y espeluznante.
Se trata de la vida del asesino en serie estadounidense, Edward Theodore Gein, cuya historia conmocionó al mundo a mediados de los años cuarenta del pasado siglo. Los crímenes de Gein, resultan tan horribles e incomprensibles que su figura ha inspirado no solo a uno, sino dos personajes legendarios del cine de horror y suspenso. El terrible Jamie Gum del silencio de los inocentes y más notable todavía, el legendario “Leatherface” de las cintas “La masacre en Texas”, que comenzaran un género polémico, que el año logra recaudar millones, decenas de millones quizás en taquilla, el llamado filme “Slasher ”, donde la sangre es más frecuente que las palabras.
Pero más allá de su repercusión en la cultura mundial, la vida de Gein resulta aterradora. La incógnita… ¿Cómo fue que un muchacho tímido de noreste de estados unidos se convirtió en el asesino serial más temido y representado del siglo xx? Quizás nunca lo sepamos.
Edward Theodore Gein, el hombre que con el tiempo se convertiría en el asesino serial más prominente de su época, nació el 17 de Agosto de 1906, en el estado de Wisconsin al norte de Estados Unidos. Sus Padres eran un ejemplo claro de disfuncionalidad familiar, su Padre, George, era alcohólico con tendencia a la violencia doméstica, este el golpeaba con frecuencia a sus dos hijos, Henry y Edward. El menor era el más frágil de los dos. La Madre de Ed Gein, no era mejor persona, religiosas hasta el fanatismo, queriendo educar a Gein bajo las más estrictas reglas morales incluso mudando la familia a una granja alejado de la civilización. Aquel lugar se volvería una suerte de prisión para los niños que apenas salían de la casa para ir a la escuela, es por esto que Ed Gein creció pensando que el mundo exterior era horrible, inherentemente malo, y con una visión torcida de la realidad. Además el esquema psicológico de Ed Gein se complicó aún más por su apariencia corporal y fragilidad física, este era delgado, profundamente tímido y con una deformidad facial menor pero evidente, esta deformidad causó que fuera objeto constante de burlas, ¡pero no solo en su escuela! Sino en su propio hogar… donde su Madre no perdía oportunidad de demostrarle su profunda reprobación cada oportunidad que se le presentaba.
A lo largo de la adolescencia se volvió un muchacho cada vez más retraído y resentido, sin amistad alguna fuera de su problemático hogar. Para 1940 contaba con 34 años de edad, la muerte de su Padre desató una serie de acontecimientos psicológicos e históricos para Ed Gein, que culminarían con la más asombrosa y repulsiva serie de asesinatos conocidos hasta entonces en estados unidos. Tras la muerte de su Padre, Edward Gein, comenzó integrarse por mera necesidad a la sociedad en el pueblo de Plainfield, ya que, muy a su pesar, Augusta Gein se vio forzada a enviar a sus hijos a ganar dinero para mantener el hogar, durante un tiempo, pareciera que los extraños Hermanos podrían acoplarse en sociedad, a lo largo de dos años trabajaron con seriedad y fueron en General bien recibidos por sus vecinos.
Pero el destino les tenía preparado una sorpresa, en 1940 su granja sufrió un incendio en los pastizales que la rodeaban, los Hermanos intentaron extinguir el fuego pero… sólo Edward pudo volver a casa. Al apagarse las llamas, Edward encontró el cuerpo de Henry entre los despojos y escombros de la casa, a pesar de tener varios golpes en la cabeza, la policía inmediatamente descartó homicidio como la causa del fallecimiento. Pero las dudas persistieron por varios años, ¿era posible que Edward hubiera matado a su propio Hermano en un acto vil?...
Es difícil saberlo, lo cierto es que unos meses después con la muerte de Augusta Gein, quien fuera el único referente afectivo en el mundo de Ed Gein, Este comenzó a girar en una espiral de locura que culminaría en los crímenes más espeluznantes de la época.
Tras la muerte de su Madre, se recluyó y modificó su casa, se dedicó a vivir en un pequeño cuarto junto a la cocina, fue entonces que Gein se obsesionó por lecturas macabras, con particular frecuencia comenzó a visitar el cementerio local para exhumar cuerpos. Era cuestión de días para que esa bomba de tiempo, “el loco Gein”, hiciera explosión.
Para mediados de la década de los cincuentas, vivía solo… En la granja que había heredado de su Madre, a quien amaba de manera insana, por sobre todas las cosas. En el silencio del campo de Wisconsin, la frágil psique de Gein comenzó a resquebrajarse de manera definitiva. Su interés por la anatomía humana lo llevó a desenterrar cuerpos, usando un viejo auto, los llevaba a su casa, donde se dedicaba a estudiar los y destazarlos, como se representaría en la cinta “La masacre en Texas”, y no solo esto, además de su mórbida curiosidad por analizar cuerpos en descomposición y osamentas antiguas, Gein usaba la piel para hacerse prendas que lo hicieran parecer mujer, su locura era cada vez más es evidente.
Aunque pocos podían verlo.
Al poco tiempo, el hombre dio un giro que lo convertiría en un criminal de época, no conforme con cuerpos de personas ya fallecidas, fue en Noviembre de 1957 cuando cometería el asesinato porque sería recordado por siempre, esa fue la desaparición de una mujer llamada Bernice Warden, de más de cincuentena años de edad trabajaba la ferretería local.
Después de varios días de búsquedas, el sheriff de Plainfield y sus asistentes de policía llegaron a tocar la puerta de la granja de la familia Gein, ya famosa por ser conocida como una especie de casa embrujada. Lo que encontraron conmocionó no solo a la comunidad entera, sino a todo un país después de lo que vieron ahí… Uno de los oficiales en el sitio, el oficial Archley, sufrió una arritmia en el lugar, que le costaría la vida años después. Así de impactantes fueron los macabros hallazgos en la granja Gein.
En el piso encontraron, distintos restos humanos, la cama de Gein estaba decorada con huesos y cráneos… en el cobertizo, estaba del cuerpo de la Señora Warden, colgado y descuartizado como el de un venado.
Y no solo eso, tambien encontraron varios utensilio, adornos, entre otros objetos, confeccionados a partir de estos cuerpos...
Edward Gein fue detenido de inmediato, después de su captura, Gein fue interrogado por la policía durante horas, algunos rumores incluso señalan que fue golpeado por los oficiales, conmocionados por la magnitud de la crueldad y locura de Gein.
Edward Gein, admitió haber cometido el asesinato de Bernice Warden y no solo eso, narró con detalle sus experiencias desenterrando cadáveres y usándolos para sus esotéricos fines. Al poco tiempo del interrogatorio fue enviado a un hospital psiquiátrico. Después de una década el caso Gein finalmente llegó a la corte. Como era de esperarse, el llamado “Carnicero de Plainfield” fue declarado culpable, pero el juez de lo mandó a la cárcel, tras decidir qué Gein sufrió una severa demencia, lo sentenció a vivir el resto de sus días en el manicomio, Vivió una década en el hospital central del estado de Wisconsin y después en otro instituto de salud mental, donde murió en 1984, a la edad de 77 años.
Todo aquel que trató con él durante sus años de reclusión, lo describe como un hombre tranquilo y de finos modales, para entonces Edward Gein ya había ganado fama mundial no sólo por sus propios crímenes, sino por la interpretación que de ellos se hizo en la cultura popular a lo largo de la segunda mitad del siglo xx, Gein sirvió como inspiración del escritor de terror Robert Block, cuando creó en 1950, al personaje de Norman Bates, en la novela Psicosis. Un hombre tímido y retraído, con instintos asesinos irrefrenables, que convive con restos humanos incluido el cadáver de su Madre, en una casa en medio de la nada. La locura de Norman Bates, impensable hasta entonces, se había vuelto inverosímil gracias a la historia de ese otro hombre, ese otro monstruo, que sacudió a una nación.
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