miércoles, 1 de abril de 2020

La venganza de la bruja Bell

El año es 1817, una familia encabezada por John Bell, próspero granjero y comerciante del sur de estados unidos, disfruta de una vida tranquila cerca del pueblo de Clarksville, en Tennessee. El matrimonio Bell vivía en una serie de cabañas, con sus 4 hijos varones y Elizabeth, su única hija de apenas doce años de edad. La vida de los Bell era típica de una familia sureña de la época, todo era trabajo, religión y familia, nada había de especial en los Bell que pudiera convertirlos en el blanco del ataque inesperado de un ente proveniente de otro mundo, muy distinto al nuestro, mas sin embargo, en algún momento de ese desafortunado año los Bell comenzaron a sufrir una de las posesiones espirituales más agresivas y singulares de las que se tenga memoria, al final, la historia de la relación entre la familia Bell y el misterioso ser que los persiguió durante años se convertiría en una de las historias más escalofriantes del siglo xix en EUA.

Para muchos la posesión de la familia Bell, es quizás el caso mejor documentado de interacción entre el mundo de los muertos y el mundo de los vivos, un extraño caso de abuso sobrenatural constante. El primer encuentro con el curioso ser que revelaría su identidad tiempo después, ocurrió en el cuarto que ocupaba la pequeña Elizabeth Bell, una mañana al despertar la única hija de John y Lucy Bell, esta se quejó de haber escuchado como un enorme rata mordía una de las patas de su cama, su padre subió a investigar y encontró que en efecto, una pata de la cama mostraba todo tipo de mordeduras, algunas demasiado grandes como para corresponder a un roedor normal.


Con el paso de los días, esa pata de la cama apareció cada vez más desgastada, pero eso no era lo peor del caso. A pesar de distintos intentos la familia nunca pudo ver ni atrapar al roedor responsable. Los Bell concluyeron que algo pero no una rata, estaba en efecto mordiendo noche a noche las patas de la cama de Elizabeth, parecía querer alcanzar a la niña.

El estremecedor misterio de la cama de Elisabeth, sería sólo el principio del encuentro de la familia Bell con un espíritu como ningún otro. El raro suceso de la cama de Elizabeth fue sólo el primer episodio de una larga lista que se extendería a través de los años. A los pocos días de haber registrado el extraño fenómeno de la habitación de Elizabeth, se comenzó a percibir otra manifestación bastante inquietante, en varios rincones de la casa era posible escuchar el sonido de un sonido de un bebe alimentándose, succionado el pecho de su Madre y en ocasiones hasta llorando, el sonido se presentaba día y noche, haciendo imposible el descanso en casa de la familia Bell.

Al poco tiempo, comenzaron a presentarse nuevos eventos sobrenaturales, cierto día la familia despertó para encontrar los muebles fuera de lugar en que los habían dejado o incluso de cabeza, en otras ocasiones varios de los hijos sufrieron el ataque de un agresor invisible que los golpeaba o jalaba el cabello con odio y furia. La cordura de los Bell estaba llegando a su límite, tras varias semanas de abuso, John Bell decidió confiar la situación a un amigo cercano. Invitado a un vecino para que sirviera de testigo de los extraños sucesos en la casa, para sorpresa del vecino de apellido Johnson, los ataques volvieron a manifestarse, el espíritu comenzó a golpear a Elizabeth frente a los ojos de Johnson, asustados, pero más que nada, dominados por el sentimiento de impotencia al no poder evitar, aun con todos los testigos que había, el castigo que recibía la pequeña Elizabeth. Poco tiempo después, los Bell intentaron resolver el problema al aumentar la cantidad de gente en la casa, entonces decidieron invitar a las amigas de Elizabeth, que tenían más o menos la edad de esta, pensando que la presencia de más gente en la casa podría disuadir al espíritu y terminar con los ataques.

Esta estrategia no le gustó nada al ente que acosaba a los Bell, esta ocasión, no agredió sólo Elizabeth sino a todas las niñas presentes, atacó a todas y cada una con la misma furia que aplicaba sobre los Bell. Aún peor el espíritu parecía fortalecido después de este evento, al parecer, la presencia de estas niñas solo hizo enojar aún más al fantasma, tanto así, que después de dicha velada, el espíritu comenzó a manifestarse incluso fuera de la casa.

Incluso comenzó interactuar con personas en los alrededores, para entonces, la mayoría de los habitantes del pueblo de Clarksville había decidido que el fantasma que asediaba a la familia Bell, debía ser el espíritu de una tal Kate Batts, ya que según varios testigos del pueblo el mismo espíritu les reveló esta información. Y no sólo eso, también cuentan que a algunas personas del pueblo les hizo saber que había fallecido en la hoguera bajo la acusación de practicar brujería, pero aún con toda esta información el ente no revelaba la razón por la que atacaba a los Bell.

A partir de entonces, la aparición o ente sería conocido como, la bruja Bell o la bruja de los Bell.

Con el tiempo, el comportamiento de la aparición comenzó a volverse más errática, es extraño que un espíritu declare sus intenciones, interactúe con libertad, y con tanta frecuencia con la gente a su alrededor o incluso que se comunique verbalmente, sin embargo eso fue exactamente lo que comenzó a pasar con la bruja que acosaba a la familia Bell.

Por ejemplo, el espíritu se manifestó con un grupo de niños que lanzaban palos de madera y piedras a la casa de los Bell, de manera inexplicable los pedazos de madera regresaban hasta dónde estaban los niños y les pedía que continuarán su juego. Pero la bruja no trataba con la misma simpatía a la familia Bell, a lo largo de los años el abuso nocturno continuó, cachetadas, jalones de cabello, rasguños, gritos, el sufrimiento de los Bell era tan grande y frecuente que varios religiosos y amigos de la familia comenzaron a planear como erradicar la maldición de la familia. Varios de ellos entraron en casa de los Bell retando al espíritu para hablar y que revelara verbalmente sus intenciones y motivos, fue entonces que ocurrió algo poco común en la historia de los sucesos paranormales, para sorpresa de todos, el fantasma de la bruja Bell comenzó a hablar, entonces al preguntarle cuál es el motivo de dirigir sus ataques hacia la familia Bell. Esto enfureció al espíritu, pero luego de una macabra manifestación de agresividad por parte del ente, respondió la pregunta. A pesar de que el miembro de la familia que más había sufrido por las acciones de la bruja había sido la pequeña Elizabeth, el fantasma reveló que su verdadero enemigo era John Bell.

Genuinamente lo odiaba, según testimonios, el espíritu dijo: “lo perseguiría hasta el último de sus ideas”, y agregó “los días de John Bell están contados”. El enfrentamiento entre la bruja Bell y los temerarios anfitriones se complicaría rápidamente.

Con el paso de los años la bruja se convirtió en un miembro más de la familia Bell, si es que se le puede decir familiar a alguien que solo desea el mal para el resto de la familia, la bruja fue particularmente violenta con Elizabeth, cuenta la leyenda que cuando Elizabeth finalmente creció y como resultado natural, buscaba contraer matrimonio, el espíritu repudiaba esta noción, la bruja no estaba dispuesta a aceptar que Elizabeth fuera feliz, apenas se anunció el compromiso con un muchacho de apellido Gardner, el fantasma comenzó amenazar y atormentar a la pareja, celosa la bruja, exigió que terminará con el compromiso y según varios testimonios, eso fue justo lo que sucedió.

Elizabeth Bell canceló su compromiso y planes de boda, y se hundió en la depresión, luego de ese triste episodio, la familia Bell comenzó a desmoronarse emocionalmente, curiosamente, la bruja en momentos intentaba congraciarse con ellos, haciendo parecer objetos que habían perdido u objetos que necesitaban, pero el daño ya estaba hecho.

Lo cierto es que a juzgar por las distintas versiones de la historia, la familia perdió estabilidad, además de Elizabeth, el miembro de la familia que sufrió las peores consecuencias fue de John Bell, el Padre había sido el blanco de los peores y más agresivos ataques de la bruja. No por nada la bruja había manifestado su deseo por ver muerto y enterrado al Padre de la familia Bell. Eso fue lo que finalmente sucedió en 1820, apenas tres años después de comenzados sucesos paranormales en casa de los Bell.

A finales de ese año y en circunstancias desconocidas, quizás relacionadas al ente, John Bell perdería la conciencia y entraría en lo que pareció ser un largo estado de coma, sin poder hacer otra cosa que esperar, la familia se resignó y John Bell moriría pocos días después.

Según el recuento de algunos testigos, durante el funeral de John Bell, se puede escuchar a la bruja, murmurando canciones festivas y riendo a carcajadas, había logrado su cometido, se llevó consigo el alma de John Bell.

¿Pero quién era realmente aquel espíritu? ¿Existe explicación lógica detrás del sufrimiento de la familia Bell?

Después de la muerte de John Bell, la actividad generada por el espíritu de la bruja Bell comenzó desaparecer o poco a poco, parecía ser que el hombre fallecido no sólo era el blanco de la furia del fantasma sino también el vínculo que utilizaba la bruja para alcanzar al resto de la familia.

Para el año 1821, los sucesos paranormales eran cada vez más infrecuentes, entonces una noche como cualquier otra, el espíritu se manifestó a una vez más, generó una gran esfera de humo y anunció que se iría por siete años, durante los cuales la familia tendría permiso para vivir en paz.

En eso siguientes 7 años, Elizabeth Bell logró casarse y salió para siempre de la casa de sus Padres. Para 1828, la bruja Bell regreso, justo como se los había advertido siete años antes, pero extrañamente ya no adoptó las medidas agresivas que tanto habían afligido a la familia Bell años atrás.

Durante un tiempo la bruja jugó algunas bromas pesadas a los miembros de la familia que todavía habitaban en la casa pero no duró mucho tiempo, a las pocas semanas de su retorno, el espíritu se apareció de nuevo y anunció que se iría de nuevo, para regresar, ahora, 107 años más tarde. Cuando llegó el año de 1935, el descendiente directo de la familia Bell un hombre llamado Charles, no reportó ningún suceso extraño, la bruja Bell se había ido para siempre, por alguna razón ese ente tan volátil y agresivo simplemente había desaparecido… ¿Por qué?

Es difícil saberlo, hay quien supone que se aburrió tras la muerte de John Bell, contra quien sentía especial coraje, hay quienes dicen que la bruja dejó en paz el resto de los Bell ya que su principal intención era acabar con el padre de familia que escondía, según se cuenta, secretos espeluznantes, por ejemplo, la sospecha de haber abusado precisamente de su hija Elizabeth, la bruja en el fondo pudo haber estado cobrando venganza, venganza que Elizabeth simplemente no podía encontrar. Otras fuentes dicen que Kate Batts era una persona con la que John Bell hizo negocios y por medios poco honorables, despojo a Batts de sus tierras, razón por la que la misión de la bruja, era destruir a John Bell.

En cualquier caso, la bruja Bell decidió irse para siempre, dejando tras de sí como tantos otros espíritus, misterio e incertidumbre. 

viernes, 20 de marzo de 2020

El Misterio de el paso de Dyatlov (Kholat)



Dicen los alpinistas, incluso los más veteranos y experimentados, que la montaña puede ser traicionera, uno nunca sabe que puede encontrarse, ahí en las alturas, entre las nieves, los vientos entre las grietas y el interminable silencio solo interrumpido de vez en cuando por algún animal o fenómeno natural.


A los peligros que siempre se encuentran en las montañas, hay que agregar la distancia que separa a buena parte de los destinos para alpinismo, del resto de la humanidad y la civilización. Una vez que un grupo de escaladores decide emprender su travesía hacia la montaña, el mundo como lo conocemos se queda atrás, todo se reduce a un enfrentamiento entre la riesgosa cumbre y la capacidad humana para alcanzarla y de paso, sobrevivir.

 


Muchos han conquistado los picos del planeta y vuelto para contar la historia, pero hay muchos otros casos, menos afortunados que no tienen la misma suerte, estas tragedias son tan antiguas como la misma historia del hombre, explorando el mundo para encontrar el mejor lugar para su próximo asentamiento, desde entonces han sido muchos los alpinistas que han encontrado su final bajo la nieve, rutas mal logradas, algunos han caído hasta la profundidad de la tierra, perdiendo el control de sus herramientas, despeñándose dentro de una grieta, otros pierden el camino en grutas que parecen ser infinitas y nunca encuentran el camino de regreso.

Los cuerpos de muchos de ellos son recobrados hasta mucho tiempo después, cuando el hielo ha cedido y comienzan a surgir los secretos de la montaña. Pero hay otros casos, muy… distintos, ya que son muchos los alpinistas que han desaparecido sin dejar huella, sin dejar rastro alguno. Su verdadero destino oculto para siempre en los misterios de la montaña.



De entre todas estas historias y tragedias, una de las más populares y más extrañas, por decir lo menos, es la que ocurrió en los montes Urales, la cordillera que corre de sur a norte en Rusia, justo en la línea divisoria entre Europa y Asia, marcada de una manera natural por esta formación montañosa.

Esta extraña historia comienza el día el 28 de enero de 1959, cuando un grupo de nueve experimentados pero jóvenes escaladores, y esquiadores, casi todos alumnos del instituto politécnico de los Urales, emprendió la marcha hacia la cordillera.

Al frente del grupo, un joven de apenas 23 años de edad, un hábil explorador y alpinista de nombre, Igor Dyatlov. El grupo pretendía llegar a la montaña al final de una ruta complicada pero no imposible, la expedición no debía exceder los diez días, y más allá de la complejidad del camino, no se preveía problema alguno. Así a finales de Enero, nueve alpinistas partieron del pequeño albergue en Ekaterimburgo, pero apenas tres noches después, a algo inexplicable le ocurriría al grupo encabezado por Igor Dyatlov.

Algo inexplicable…Aterrador.

Cuando los nueve exploradores del politécnico de los Urales comenzaron su camino hacia lo más profundo de la cordillera, nadie pensó que podía sucederles algo malo, mucho menos Yuri Yudin, el décimo miembro de la expedición quien por razones de salud tuvo que permanecer en el albergue donde se encontraban antes de partir sus nueve amigos, esperando volverlos a ver pronto, exactamente dos semanas más tarde.

“Lo único que quiero saber ahora es que les ocurrió a mis amigos esa noche” – Yuri Yudin

Y no era para menos, el destino de los nueve alpinistas es uno de los grandes misterios de la historia rusa contemporánea. Lo que se sabe es que guiados por Igor Dyatlov, el líder de la expedición, el grupo de nueve integrantes avanzó, con confianza y sin mayores contratiempos durante 48 horas, estaban de buen humor, hay registros de que en distintos momentos del viaje se detuvieron para varias interacciones sociales, tomar fotografías del paisaje, planear el recorrido del siguiente tramo, el grupo con toda la confianza avanzaba por aquella cordillera, todo era alegría. Pero pronto el ánimo cambiaría, el clima empeoró mucho y se vieron obligados a detenerse. Es así que la noche del 1° de febrero, decidieron acampar en las laderas del monte Kholat Siajl, nombre que en la lengua de las tribus locales quiere decir “Montaña de la Muerte”. Nadie sabe por qué Dyatlov optó por acampar en un sitio tan hostil, siendo que apenas unos cientos de metros debajo de la localización del grupo, habrían encontrado un bosque apto para sobrevivir a las circunstancias que encontraron en la montaña de la muerte.

No sólo para protegerse la tormenta, sino de esa otra cosa que en algún momento de aquella noche provocara que salieran despavoridos de sus tiendas de campaña, dejando atrás casi todas sus pertenencias, huyendo aterrorizados.

¿Qué sucedió aquella fatídica noche del 1° de febrero de 1959 en las profundidades de los montes Urales?

Algo provocó que los siete hombres y dos mujeres, encabezados por Igor Dyatlov, abrieran sus tiendas de campaña y en algunos casos cortando con desesperación la tela para escapar rápidamente y huir del campamento, algunos incluso descalzos en la nieve, buscando descender a como diera lugar de la montaña, su ultimo error.

Apenas unas horas después, en circunstancias todavía desconocidas todos habrían fallecido, tendrían que pasar al menos 10 días para que los familiares de los alpinistas comenzaran a sospechar que algo andaba mal, Igor Dyatlov se había comprometido a enviar un telegrama el 12 de Febrero, pero las autoridades no se preocuparon, asumieron con toda seguridad que el grupo tenía suficiente experiencia como para encontrar su camino de regreso.

Así pasarían 8 días más, al llegar el 20 de febrero, las familias estaban ya desesperadas y exigieron a las autoridades, organizar un equipo de búsqueda para rescatar a los exploradores a quienes aún creían perdidos, pero ciertamente no muertos. Los rescatistas llegaron al monte Kholat Siajl, seis días más tarde, casi un mes después del incidente que les habría quitado la vida a los nueve alpinistas. Lo que encontraron simplemente los sacudió, las tiendas de campaña estaban destrozadas algunas desgarradas desde adentro como sí hay quien quisiera escapar con toda su fuerza.

Ahí se encontraban todas las pertenencias de los alpinistas, ropas, comida, cámaras fotográficas, etcétera.

Y en la nieve aun visibles las huellas de los nueve jóvenes. Todo se dirigían montaña abajo, los investigadores siguieron las pisadas y notaron que simplemente desaparecen después de 500 metros, eso no impidió que apenas unas horas más tarde, encontrarían cubiertos de nieve, cinco cuerpos.

Congelados, y ninguno vestía con la protección necesaria para soportar lo que deben haber sido temperaturas inferiores a los -15 °C. Para sorpresa de los expertos forenses ninguno de los cuerpos mostraba ningún tipo de lesión que pudiera evidenciar algún tipo de ataque. Tuvieron que pasar se cuarenta días para que el equipo de investigadores descubriera el paradero de los otros cuatro cuerpos.

El resto de los cuerpos fueron hallados en lo profundo de una barranca, presentando distintas fracturas y no solo eso, a Liudmila Dubinina de 21 años de edad, le faltaba la lengua. Pero increíblemente los cuerpos no mostraban heridas de otros tipos. En otras palabras nadie o al menos ningún ser humano había golpeado o atacado a los alpinistas, las fracturas y la extracción de la lengua de la joven Dubinina habían ocurrido de otra misteriosa manera. Para aumentar la bruma de misterio de este caso, la ropa que envolvía a varios de estos cadáveres, registraba muy altos niveles de energía radiactiva, la evidencia no dejaba dudas, algo muy extraño había ocurrido ahí, en los montes Urales.

La investigación oficial llevada a cabo por los oficiales de las autoridades soviéticas, no tardó en concluir que la muerte número de los muchachos se había debido a causas desconocidas, al principio se había considerado la posibilidad de que algunos miembros de las tribus locales, de los indígenas “Mansi” de esa región de los Urales, pudieran haber asesinado a los exploradores, por considerar que los exploradores habían entrado a invadir sus tierras. Pero las características de los golpes sufridos por los alpinistas, rápidamente causaron que se descartara esa teoría, las contusiones que mostraba los alpinistas parecían más bien haber sido causados por otro tipo de accidente, como cuando el impacto no está focalizado un punto del cuerpo, sino que se esparce por toda la superficie corporal, similar a como ocurre en un choque de automóvil, ¿quizás dubinina sufrió un caída fatal? Esto podría explicar esta hallazgo, pero se encontraron muchos más detalles sin una explicación lógica.

Además de lo anterior, la escena de la muerte no registraba ninguna evidencia de violencia, nadie había sacado de sus casas de campaña a los integrantes del grupo, la evidencia mostraba que ellos mismos las habían rasgado para salir huyendo. Aún más notable, las huellas del paso registradas en la nieve solo correspondían a los nueve alpinistas, ningún otro ser había estado en la zona o en contacto con ellos.

Con el tiempo las autoridades rusas optaron por cerrar el caso, y describir el caso de la muerte de los muchachos de los Urales, como causada por alguna fuerza mayor y desconocida, un accidente cuya explicación no era evidente.

Pero eso no tranquilizó en absoluto a los familiares de las víctimas, que tenían suficiente razones como para dudar del veredicto de los investigadores, ya que los cuerpos de sus muchachos mostraban varias características muy particulares que hacían pensar en un asesinato. La piel de varios del grupo tenía un tono entre rojizo y anaranjado, como si hubiera sido expuesto una fuente de energía de manera súbita y violenta, además está el registro de la radiación que se encontró en los cuerpos y en las pertenencias de estos, nadie podía explicar cómo era que nueve muchachos habían sido expuestos a una descarga radioactiva en una zona perdida en el corazón de los montes Urales. Por si fuera poco, un par de días días después del funeral de los alpinistas, otro grupo de exploradores que se encontraba algunos kilómetros de la zona, en 1959, dieron un testimonio perturbados, este grupo de personas describieron algo que puso a temblar a familiares y amigos de los nueve fallecidos en los Urales.

Esa noche fatal, habían visto varias esferas flotando en la noche, esferas, que según ellos no podrían tener un origen terrestre. ¿Sería factible que los 9 alpinistas hubieran sido víctimas de un intento fallido de abducción extraterrestre?

Inmediatamente después de que las autoridades rusas dieran por cerrada la investigación de la muerte de los nueve jóvenes alpinistas en los Urales, los familiares y amigos de los amigos comenzaron a buscar alguna otra explicación. Los niveles de radiación hallados en la ropa, el tipo de heridas, la piel enrojecida, los reportes de la misteriosa presencia de esferas luminosas en el cielo esa misma noche y hasta los rumores de que los órganos de algunos miembros del grupo habían sido enviados, para análisis secretos, todo esto generó, como era de esperarse un enorme inquietud entre los que habían conocido y querido a los muchachos y que terminó de manera súbita y trágica en los montes Urales.

Una de las primeras teorías indicaba que, los alpinistas habían tenido la mala fortuna de encontrarse en medio de una sesión de pruebas de armas secretas del gobierno para la guerra fría.

Las esferas se decía que no eran más que algún tipo de nave voladora en proceso de diseño que funcionaba con alguna especie de material radioactivo. La hipótesis indicaba que algunos de los jóvenes habían despertado en la noche y al ver las esferas sacudieron, en pánico a los demás muchachos, que aterrorizados habían corrido sin protección alguna y muerto en las horas siguientes. Pero eso no explicaba las contusiones de los cuerpos, tiempo después algunos comenzaron a imaginar un escenario algo distinto, quizás, solo quizás los alpinistas guiados por Igor Dyatlov habían sufrido el infortunio de ser secuestrados, por una nave de origen extraterrestre, convirtiéndose en uno de los muchos casos de supuesta abducción alienígena registrado durante el siglo xx.

Eso explicaría los extraños traumatismos y también la actitud de las autoridades rusas que habían tratado el caso con un sospechoso nerviosismo y cinismo. Lo cierto es que tampoco hay evidencia con la cual concluir de manera contundente, que eso, una reducción extraterrestre fue lo que acabó con la vida de los escaladores.

Y así, este caso sigue envuelto en una neblina de interminable de misterio. Hoy, el lugar donde ocurrió la tragedia, lleva el nombre de “El paso de Dyatlov”, el líder de esta mal aventura da expedición.



 Los miembros de la expedicion:

Ígor Diátlov, (Игорь Дятлов) líder de la expedición, era estudiante de Ingeniería de Radio, 23 años de edad.

Yuri Doroshenko (Юрий Дорошенко), 21 años de edad, estudiante de ingeniería de Radio.

Aleksandr Kolevátov (Александр Колеватов), 24 años de edad,  estudiante de Física Nuclear, 

Zinaída Kolmogórova (Зинаида Колмогорова), 22 años, estudiante de Ingeniería de Radio,

Liudmila Dubínina (Людмила Дубинина), 20 años de edad, estudiante de Economía Industrial de la Construcción.

Rustem Slobodin (Рустем Слободин) de 23 años de edad. graduado en Ingeniería Mecánica.

Yuri Krivoníschenko (Юрий Кривонищенко) de 23 años, estudiante de Ingeniería de Construcción e Hidráulica

Nikolái Thibeaux-Brignolles (Николай Тибо-Бриньоль) de 23 años, Graduado en Ingeniería de Construcción Civil.

Aleksandr /Semión/ Zolotariov (Александр /Семён/ Золотарёв), Veterano de la II Guerra Mundial. 37 o 38 años de edad. Estudiante de Ingeniería Militar, guía e instructor de travesía,

Yuri Yudin (Юрий Юдин), de 21 años y único superviviente del grupo. Falleció hasta el dia 27 de abril de 2013.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Las Atrocidades de Ed Gein (Fotos)

La escena es parte de lo mejor de la cultura cinematográfica mundial, una silueta aparece detrás de una cortina de baño mientras una mujer toma una ducha en un hotel en medio de la nada. Un montaje impecable, muestra de uno de los grandes genios en la cima de sus habilidades, se trata de psicosis, que para muchos, y con buenos argumentos, la obra maestra de Alfred Hitchcock, amo y Señor del cine de suspenso.



La historia Norman Bates, el asesino de la cinta parece demasiado delirante para ser verdad lo cierto es que detrás de la dirección de Hitchcock y del no menos magistral guion de Joseph Stefano, hay en realidad un hay historia verdadera y espeluznante.



Se trata de la vida del asesino en serie estadounidense, Edward Theodore Gein, cuya historia conmocionó al mundo a mediados de los años cuarenta del pasado siglo. Los crímenes de Gein, resultan tan horribles e incomprensibles que su figura ha inspirado no solo a uno, sino dos personajes legendarios del cine de horror y suspenso. El terrible Jamie Gum del silencio de los inocentes y más notable todavía, el legendario “Leatherface” de las cintas “La masacre en Texas”, que comenzaran un género polémico, que el año logra recaudar millones, decenas de millones quizás en taquilla, el llamado filme “Slasher ”, donde la sangre es más frecuente que las palabras.

 



Pero más allá de su repercusión en la cultura mundial, la vida de Gein resulta aterradora. La incógnita… ¿Cómo fue que un muchacho tímido de noreste de estados unidos se convirtió en el asesino serial más temido y representado del siglo xx? Quizás nunca lo sepamos.

Edward Theodore Gein, el hombre que con el tiempo se convertiría en el asesino serial más prominente de su época, nació el 17 de Agosto de 1906, en el estado de Wisconsin al norte de Estados Unidos. Sus Padres eran un ejemplo claro de disfuncionalidad familiar, su Padre, George, era alcohólico con tendencia a la violencia doméstica, este el golpeaba con frecuencia a sus dos hijos, Henry y Edward. El menor era el más frágil de los dos. La Madre de Ed Gein, no era mejor persona, religiosas hasta el fanatismo, queriendo educar a Gein bajo las más estrictas reglas morales incluso mudando la familia a una granja alejado de la civilización. Aquel lugar se volvería una suerte de prisión para los niños que apenas salían de la casa para ir a la escuela, es por esto que Ed Gein creció pensando que el mundo exterior era horrible, inherentemente malo, y con una visión torcida de la realidad. Además el esquema psicológico de Ed Gein se complicó aún más por su apariencia corporal y fragilidad física, este era delgado, profundamente tímido y con una deformidad facial menor pero evidente, esta deformidad causó que fuera objeto constante de burlas, ¡pero no solo en su escuela! Sino en su propio hogar… donde su Madre no perdía oportunidad de demostrarle su profunda reprobación cada oportunidad que se le presentaba.

A lo largo de la adolescencia se volvió un muchacho cada vez más retraído y resentido, sin amistad alguna fuera de su problemático hogar. Para 1940 contaba con 34 años de edad, la muerte de su Padre desató una serie de acontecimientos psicológicos e históricos para Ed Gein, que culminarían con la más asombrosa y repulsiva serie de asesinatos conocidos hasta entonces en estados unidos. Tras la muerte de su Padre, Edward Gein, comenzó integrarse por mera necesidad a la sociedad en el pueblo de Plainfield, ya que, muy a su pesar, Augusta Gein se vio forzada a enviar a sus hijos a ganar dinero para mantener el hogar, durante un tiempo, pareciera que los extraños Hermanos podrían acoplarse en sociedad, a lo largo de dos años trabajaron con seriedad y fueron en General bien recibidos por sus vecinos.

Pero el destino les tenía preparado una sorpresa, en 1940 su granja sufrió un incendio en los pastizales que la rodeaban, los Hermanos intentaron extinguir el fuego pero… sólo Edward pudo volver a casa. Al apagarse las llamas, Edward encontró el cuerpo de Henry entre los despojos y escombros de la casa, a pesar de tener varios golpes en la cabeza, la policía inmediatamente descartó homicidio como la causa del fallecimiento. Pero las dudas persistieron por varios años, ¿era posible que Edward hubiera matado a su propio Hermano en un acto vil?...

Es difícil saberlo, lo cierto es que unos meses después con la muerte de Augusta Gein, quien fuera el único referente afectivo en el mundo de Ed Gein, Este comenzó a girar en una espiral de locura que culminaría en los crímenes más espeluznantes de la época.

Tras la muerte de su Madre, se recluyó y modificó su casa, se dedicó a vivir en un pequeño cuarto junto a la cocina, fue entonces que Gein se obsesionó por lecturas macabras, con particular frecuencia comenzó a visitar el cementerio local para exhumar cuerpos. Era cuestión de días para que esa bomba de tiempo, “el loco Gein”, hiciera explosión.

Para mediados de la década de los cincuentas, vivía solo… En la granja que había heredado de su Madre, a quien amaba de manera insana, por sobre todas las cosas. En el silencio del campo de Wisconsin, la frágil psique de Gein comenzó a resquebrajarse de manera definitiva. Su interés por la anatomía humana lo llevó a desenterrar cuerpos, usando un viejo auto, los llevaba a su casa, donde se dedicaba a estudiar los y destazarlos, como se representaría en la cinta “La masacre en Texas”, y no solo esto, además de su mórbida curiosidad por analizar cuerpos en descomposición y osamentas antiguas, Gein usaba la piel para hacerse prendas que lo hicieran parecer mujer, su locura era cada vez más es evidente.

Aunque pocos podían verlo.

Al poco tiempo, el hombre dio un giro que lo convertiría en un criminal de época, no conforme con cuerpos de personas ya fallecidas, fue en Noviembre de 1957 cuando cometería el asesinato porque sería recordado por siempre, esa fue la desaparición de una mujer llamada Bernice Warden, de más de cincuentena años de edad trabajaba la ferretería local.

Después de varios días de búsquedas, el sheriff de Plainfield y sus asistentes de policía llegaron a tocar la puerta de la granja de la familia Gein, ya famosa por ser conocida como una especie de casa embrujada. Lo que encontraron conmocionó no solo a la comunidad entera, sino a todo un país después de lo que vieron ahí… Uno de los oficiales en el sitio, el oficial Archley, sufrió una arritmia en el lugar, que le costaría la vida años después. Así de impactantes fueron los macabros hallazgos en la granja Gein.

En el piso encontraron, distintos restos humanos, la cama de Gein estaba decorada con huesos y cráneos… en el cobertizo, estaba del cuerpo de la Señora Warden, colgado y descuartizado como el de un venado.

Y no solo eso, tambien encontraron varios utensilio, adornos, entre otros objetos, confeccionados a partir de estos cuerpos...

Edward Gein fue detenido de inmediato, después de su captura, Gein fue interrogado por la policía durante horas, algunos rumores incluso señalan que fue golpeado por los oficiales, conmocionados por la magnitud de la crueldad y locura de Gein.








Edward Gein, admitió haber cometido el asesinato de Bernice Warden y no solo eso, narró con detalle sus experiencias desenterrando cadáveres y usándolos para sus esotéricos fines. Al poco tiempo del interrogatorio fue enviado a un hospital psiquiátrico. Después de una década el caso Gein finalmente llegó a la corte. Como era de esperarse, el llamado “Carnicero de Plainfield” fue declarado culpable, pero el juez de lo mandó a la cárcel, tras decidir qué Gein sufrió una severa demencia, lo sentenció a vivir el resto de sus días en el manicomio, Vivió una década en el hospital central del estado de Wisconsin y después en otro instituto de salud mental, donde murió en 1984, a la edad de 77 años.

Todo aquel que trató con él durante sus años de reclusión, lo describe como un hombre tranquilo y de finos modales, para entonces Edward Gein ya había ganado fama mundial no sólo por sus propios crímenes, sino por la interpretación que de ellos se hizo en la cultura popular a lo largo de la segunda mitad del siglo xx, Gein sirvió como inspiración del escritor de terror Robert Block, cuando creó en 1950, al personaje de Norman Bates, en la novela Psicosis. Un hombre tímido y retraído, con instintos asesinos irrefrenables, que convive con restos humanos incluido el cadáver de su Madre, en una casa en medio de la nada. La locura de Norman Bates, impensable hasta entonces, se había vuelto inverosímil gracias a la historia de ese otro hombre, ese otro monstruo, que sacudió a una nación.

viernes, 7 de febrero de 2020

El misterio de Kaspar Hauser

Aunque en el mundo existen abundantes historias de niños criados de un modo salvaje… ninguna se compara con la historia de Kaspar Hauser, el joven misterioso de Núremberg.

La historia comienza el 26 de mayo de 1828 de esa ciudad del sur de Alemania, ese lunes era un día feriado, por eso, todos habitantes de Núremberg habían salido las calles a descansar y a festejar… de pronto entre la multitud apareció un muchacho que caminaba con dificultades y vestía ropas desgarradas, tenía el cabello crecido más allá de los hombros y la mirada perdida. En la mano derecha llevaba un sobre con una carta. Un zapatero que andaba de paseo con su familia, fue el primero en acercarse al niño, quien de inmediato le dio el sobre que llevaba consigo.

El contenido de la carta es material de leyenda, iba dirigida al Capitán del cuarto escuadrón de caballería de Núremberg, Al ver la dirección, el zapatero tomo al niño del brazo y lo llevó hasta la casa en cuestión. Al llegar se les informó que el Capitán no estaba en casa pero los sirvientes inmediatamente les ofrecieron algo de comer y beber, el muchacho tomo un trago de cerveza y una mordió una salchicha que le habían puesto en frente de él, los escupió lleno de asco parecía como si nunca hubiera probado aquellos alimentos, que eran entonces y siguen siendo un alimento muy común de Alemania.




El joven finalmente aceptó un pedazo de pan y un sorbo de agua, mientras comía, no podía parar de llorar al mismo tiempo que solo podía decir dos cosas: “no se” y “quiero ser un jinete como mi Padre”, creyendo que se trataba de una persona con retraso mental los sirvientes lo arrojaron al establo donde durmió apaciblemente esa noche. Al día siguiente de su llegada, el muchacho misterioso finalmente conoció el Capitán de caballería al que iba dirigida la carta.

La primera reacción del niño fue de asombro, el uniforme del capital lo emocionó hasta las lágrimas como si nunca hubiera visto algo similar antes, pero el Capitán no tuvo paciencia con el muchacho y lo mandó a la estación de policía, una vez ahí el joven comenzó a pedir que lo llevaran a casa pero nunca pudo explicar dónde exactamente estaba su lugar de origen, de pronto un oficial de la policía le ofreció un lápiz y papel para sorpresa de todos en el niño escribió con letras legibles, “Kaspar Hauser”, una vez establecida la identidad del joven la policía lo sometió a un examen médico apenas medía un metro con cuarenta centímetros y tenía los pies desechos como si jamás hubiera usado zapatos, pero los médicos también descubrieron una cicatriz de vacuna en el brazo, esta evidencia despertó muchas especulaciones alrededor de la verdadera identidad del niño salvaje después de todo sólo los nobles y aristócratas podían darse el lujo de vacunarse en aquel entonces.


Kaspar iba vestido con ropa que no le quedaba, y usaba zapatos de dos pares distintos además llevaba con él un pañuelo con las iniciales “K H”, un rosario y para sorpresa de todos un pequeño sobre con polvo de oro, sin poderle encontrar ningún pariente en la ciudad la policía terminó apresando al muchacho en una torre.

¿Quién era en realidad Kaspar Hauser? ¿Un niño salvaje? ¿Un heredero de uno de los tronos más codiciados de toda Europa?

Tras ser encarcelado en Núremberg, el nombre Kaspar Hauser con el tiempo se volvió un misterio y fascinación para todos. Fue recluido en el piso más alto de la torre y fue puesto bajo la supervisión de un carcelero amable y curioso llamado Andreas Hiltem, quien se volvió como un Padre sustituto para Kaspar, él y sus dos hijos del carcelero de 3 y 5 años de edad, le enseñaron a dibujar y poco a poco hablar algunas palabras. Después de unos días consiguió que lo trasladaron a una celda del primer piso de la torre, donde vivía con su familia, allí se dio cuenta que algunas cosas muy extrañas.

El niño sólo parecía conocer una expresión facial: una sonrisa tímida y fingida. Además estaba acostumbrado a centrarse en esquina sin moverse por horas y horas. Con el paso del tiempo estas peculiaridades del muchacho y la información contenida en la carta que llevaba que indicaba que había sido criado dentro de una casa sin muchos acceso al mundo exterior… Confirmaron que el joven Kaspar Hauser, era una especie de niño salvaje.

Kaspar atrajo la atención de todos, la gente de toda la ciudad seguía con morbo y emoción todas las anécdotas del muchacho, que se había vuelto famoso por su timidez pero también por su dulzura. Durante semanas no quiso comer otra cosa más que pan y agua, lo demás simplemente lo vomitaba. Su relación con el mundo también fascinó a los habitantes de Núremberg, ya que aquel muchacho actuaba como si todo lo que se le mostraba, lo hubiera visto por primera vez, con inmenso asombro y curiosidad.

A pesar de la fama que tenía, la tragedia esperaba a la vuelta esquina… la vida Kaspar Hauser no tendría un final feliz.

La vida de Kaspar cambio para bien cuando fue puesto bajo la tutela de un Profesor universitario George Dowman, con su ayuda poco a poco comenzó a hablar con soltura el idioma alemán, lo que siempre hizo con un acento muy peculiar, además, el joven Kaspar comenzó a mostrar extrañas habilidades, sus sentidos por un lado estaban muy desarrollados, su sentido de la vista, el oído, incluso el olfato, eran muy superiores a los de un ser humano común, por otro lado demostró ser hipersensible al magnetismo y a la electricidad, en una ocasión, durante una tormenta eléctrica, llegó a sufrir dolores por la electricidad que generan el fenómeno meteorológico. Para diciembre de 1828 uno meses después de ser descubierto, Kaspar era ya tan famoso, que en todo el continente se le conocía como el “niño de Europa”, decenas de curiosos querían conocer el muchacho. Por desgracia su fama lo llevaría al borde de la muerte.

Un día en octubre de 1829, un desconocido vestido de negro ingreso a la casa del Profesor Dowman e intentó acuchillar a Kaspar, sólo logró herirlo en la frente, cuando volvió en si Kaspar narró que le había gritado, "debes morir antes de dejar Núremberg”.

En la ciudad, las especulaciones crecieron, muchos dijeron que el atentado había sido orquestado por el duque de Baden Quien se rumoraba, el verdadero Padre de Kaspar Hauser, el joven tardó en recuperarse pero finalmente lo hizo y fue asignado al cuidado de varias otras personas que le prometieron una vida mejor, una vida segura.

No se lo pudieron cumplir… finalmente término en la ciudad de Ansbach Bajo la supervisión de un Doctor de apellido Meyer, sería allí donde llegaría a su fin la historia de Kaspar Hauser.

La vida del misterioso Kaspar Hauser tuvo un desenlace doloroso, para finales de 1833 vivía ya en Ansbach bajo la estricta tutela del Dr. Meyer quien estaba obsesionado con hacer de él buen ciudadano ejemplar, lo trataba con genuina dureza, el joven estaba descontento e inquieto, algo le pasaba… el misterio llegaría a su fin el 14 de diciembre al mediodía, Kaspar dejó su trabajo y fue a visitar el párroco local que fungía como su guía espiritual, después se dispuso a dar un paseo por los parques de la ciudad, ahí se topó con un hombre que le aseguró, tenía información sobre su Madre, asustado Kaspar no gritó ni aviso a nadie del hombre misterioso.

El desconocido apresuradamente lo apuñaló, milagrosamente Kaspar alcanzó a llegar a la casa del Dr. Meyer, donde fue atendido por los médicos con urgencia, la policía buscó en el parque al culpable del atentado, y aunque no encontró un arma, sí consiguió encontrar una nota incriminatoria, donde alguien aceptaba haber apuñalado a Kaspar Hauser.


Kaspar dolorosamente vivió tres días más, y logró dar una descripción de su asesino, pero nadie jamás se encontró otras pistas.

Kaspar Hauser murió a los 21 años de edad, 17 de diciembre de 1833.

¿Pero quién era realmente ese niño enigmático de Núremberg?

La hipótesis más emocionante es que Kaspar Hauser era un hijo ilegítimo del duque de Baden, cuya familia había escondido al niño, por temor a las consecuencias de un escándalo. Durante más de 150 años esta teoría se quedó solamente como especulación.

En el siglo XXI, en el 2002, una prueba de ADN demostró que Kaspar Hauser mostraba ciertas similitudes genéticas con miembros de la casa real de Baden, aunque esta similitud la comparten todas las personas d descendencia alemana… Hoy en su tumba hay una inscripción que reza “Aquí yace Kaspar Hauser enigma de su tiempo, su origen desconocido, su muerte un misterio.”