En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a
cualquier institución de salud mental o centro de rehabilitación al que tengas
acceso. Estando en la recepción, pide reunirte con aquel que se hace llamar «El
Portador de la Pasión». El empleado se sonrojará y soñará despierto. Tendrás
que preguntar dos veces más hasta que finalmente se incline y haga gestos para
que lo sigas.
Te llevará a un pasillo. Oirás un motor de
diésel amortiguado, pero, por el momento, eso no importa. En vez de eso, presta
atención a cualquier otro susurro en tu oído. Si se llegase a detener, es vital
que tapes tus orejas, porque una criatura horrible emergerá del suelo y después
de un corto tiempo se irá por el techo.
Si oyes susurros en lenguajes desconocidos
hasta que el guardia y tú lleguen a una puerta hecha de piedra, estarás a
salvo. Ahora, escucha el motor. Si sigue andando, procede y abre la puerta. Ni
trates de imaginar qué pasa cuando el motor se detiene; nadie ha podido decir
qué pasa entonces.
Ahora, si la puerta ha sido abierta, el
empleado te dejará solo. Entra por la puerta y camina derecho adelante hasta
que se cierre. Di las palabras: «Discúlpame, me gustaría aprender de ti». Si no
pasa nada por algunos minutos, puedes seguir caminando hasta que llegues a un
corazón del tamaño de tu cabeza. No lo toques, en vez de eso, gírate. Verás o a
la más hermosa mujer, o la criatura más horrible que tus ojos hayan
presenciado; lo último aparecerá si has tocado el corazón.
Si ves a la mujer, mírala a los ojos y solo a
los ojos, incluso si está desvestida. Podrás hacerle una pregunta: «¿Están
vivos?». De pronto la mujer gemirá sonoramente y se tirará al suelo, tocándose
a sí misma. Debes cerrar tus ojos y tapar tus oídos; sus gemidos destruirán tu
mente y cuerpo lentamente si los oyes con claridad.
Después de un tiempo sentirás que alguien
toca tu hombro derecho. Ahora puedes abrir tus ojos y bajar tus manos. No te
gires a ver quién te tocó; en su lugar, mira donde estaba la mujer. Ahora no
habrá nadie, solo estarán sus cenizas. Busca entre las cenizas su útero. Tómalo
y cierra tus ojos. Ábrelos de nuevo después de sentir que algo helado toca tu
cabeza. Estarás de vuelta en la institución, detrás del guardia que te guio
hasta la puerta de piedra.
El útero es el Objeto 18 de 538. Tiene un
hijo que dar a luz.