En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a
cualquier institución de salud mental o centro de rehabilitación al que tengas
acceso. Estando en la recepción, pide reunirte con aquel que se hace llamar «El
Portador del Viento». El recepcionista entonces se irá caminando, como si nunca
hubieras estado ahí. Síguelo. Después de cinco minutos de lo que parecerá una
caminata sin objetivo, el recepcionista se girará a ti y apuntará a un cuarto a
tu izquierda. Entra en el cuarto. Dentro estará una pradera ancha llena de un
pasto interminable largo que te llegará hasta las rodillas. De lo primero que
te darás cuenta es de una briza tibia y gentil jugueteando por tu rostro. A la
distancia, oirás un débil sonido susurrante. Si no oyes el sonido, corre por la
puerta y ciérrala tras de ti, o la pacifica pradera se convertirá en tu lugar de
descanso final.
Si el susurro persiste, cierra la puerta y
esta desaparecerá. Sigue el susurro lo mejor que puedas. Después de unos
cuantos pasos, un joven se alzará del pasto, vestido en ropas de granja muy
simples. Este hombre solo conoce la respuesta a una pregunta: «¿Qué los llevó a
separarse?».
El hombre te relatará una historia a paso
lento. Una historia llena de ilusiones y decepciones, embotada por su acento.
Comenzarás a sentirte cansado y quizá quieras recostarte en el pasto y dormir
un rato, pero no lo hagas. Si lo haces,
nunca despertarás de tu letargo.
Una vez que el hombre termine su parloteo, te
hará una pregunta: «¿Realmente lo quieres?» El cansancio inducido por la
situación te hará querer decir que no, pero resiste y toma las campanas de
viento que te ofrece. La puerta por la que viniste aparecerá frente a ti,
permitiéndote irte en paz.
Esas campanas son el Objeto 33 de 538. Cuando
el viento hace que esas campanas suenen, otro Objeto está cerca, así como el
fin de toda esperanza.
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