En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier
institución de salud mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso.
Estando en la recepción, pide reunirte con aquel que se hace llamar «El
Portador de la Canción». Entonces serás guiado a una puerta solitaria que
dirige hasta una escalera en caracol que rotará más allá de la altura del
edificio; al final habrá una puerta que da hacia a un corredor.
Una ola de calor repentina te envolverá al abrir la puerta.
Procede bajando por el corredor; eventualmente sentirás
mucho frío. Entonces
deberás permanecer perfectamente inmóvil y no hacer sonido alguno. Si oyes a un
bebé llorando, voltéate y regresa. No te sobrevendrá ningún daño, pero el
llanto del bebé te seguirá adondequiera que vayas. Si lo escuchas por el resto
de tu vida, considérate afortunado, pues cuando se detenga, tu primogénito
morirá.
Si el llanto no suena y el calor regresa, procede hacia la
puerta al final del corredor y ábrela. El cuarto delante estará bañado en luz
verde. En el centro estará una anciana dando cuerda a una caja de música que no
produce sonido. Ambas de sus piernas han sido cercenadas por las rodillas.
Cuando le hables, debes verla a los ojos. Esconde una lanza confeccionada a
partir de los huesos de sus piernas; desvía tu mirada y te apuñalará con ella,
y te dejará en una agonía aparentemente interminable, desangrándote hasta
morir. Solo responderá a una pregunta: «¿Cuál era la canción que ellos
tocaban?».
La anciana comenzará a cantar. La canción estará en un
lenguaje diferente, pero la melodía será la más hermosa que hayas oído jamás;
paz y serenidad inundarán tu mente, cuerpo y alma. De pronto, sin aviso, podrás
ver, en vívido detalle, la imagen de niños jugando y cantando despreocupados,
tan inocentes como pueden ser. Pese a que la escena se ve serena y placentera,
eventualmente tomará un giro terrible y siniestro. Los niños comenzarán a
luchar entre sí. Pronto, ellos intentarán matarse unos a otros de las maneras
más brutales. Se clavarán entre sí en postes de madera afilados, se mutilarán
con rocas punzantes e incluso arrancarán la carne de sus cuerpos con sus meras
manos. Entonces la proyección mostrará a estos niños, siendo ahora copias
desfiguradas de sí mismos. Verás a un niño desnudo, empapado en sangre,
cantando con deleite mientras corre a través de un páramo infernal, siendo
perseguido por monstruos indescriptibles. Ellos lo atraparán y exterminarán por
completo, con la canción sonando de sus labios triturados hasta el final… Y a
pesar de estas escenas atroces y brutales, permanecerás calmado y pacífico en
todo momento, aunque no sabrás por qué.
Cuando estas visiones terminen, un dolor intenso embestirá
tu pecho. Tu corazón se sentirá como si estuviera a punto de explotar. Aun así,
no debes romper el contacto visual con la anciana. Si te mantienes enfocado, el
dolor cesará eventualmente. La mujer se pondrá de pie —aunque no sabrás como— y
dejará la caja de música en tus manos.
La caja de música es el Objeto 6 de 538. Cuando su canción
toque de nuevo, todos volverán a estar juntos.
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