En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier
institución de salud mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso.
Estando en la recepción, pide reunirte con aquel que se hace llamar «El
Portador de la Riqueza». El empleado alzará una ceja, como si estuviera
confundido por tu pedido. Pregunta una segunda vez, se encogerá de hombros y te
llevará por la calle, donde una opulenta mansión te espera. Esta mansión no
estaba ahí cuando iniciaste tu búsqueda.
Dentro de la puerta principal estará una gran escalera en
espiral. Las paredes estarán cubiertas de pinturas finas y una gran estatua de
mármol estará situada en un pedestal por la base de las escaleras. Los rasgos
misteriosos de la estatua evocarán la imagen de una bestia realmente horrible,
alienígena y funesta a la vez. Admírala cuanto quieras, pero no la toques, a
menos que desees despertar a este hambriento monstruo.
Asciende por la escalera. Mientras no toques nada, no
estarás en peligro. A la cima de las escaleras estará una puerta de madera
angosta y humilde. Se abrirá ante ti, siempre y cuando no tengas miedo.
Verás a un
hombre con una barba de chivo y cabello recortado y
estilizado con gel sentado detrás de un gran escritorio que parece ser de
caoba. Su traje parecerá ser tanto de carne humana como de seda italiana. Es
posible que hable, y mucho. Hablará sobre su asombrosamente bella casa y su
encantadora estatua descansando en la planta baja. No lo interrumpas, y no
respondas ninguna de las preguntas que pueda hacer. Cuando acabe, ármate de
valor y pregunta confiadamente: «¿Puedo tener mi salario?».
El procederá a explicarte el valor de la vida. Hablará de
cosas peores que la muerte, y te dirá exactamente qué espera que hagas. El
fabuloso interior del cuarto se roerá, y el piso se convertirá de tejido
francés a heces. Su propia apariencia se volverá ciclópea e inimaginable.
Entonces sacará una nota bancaria pequeña de su traje de humanos y te la dará.
Esa nota es el Objeto 8 de 538. Su Portador cuenta contigo
para que lo gastes.
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