En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier
institución de salud mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso.
Estando en la recepción, pide reunirte con aquel que se hace llamar «El
Portador del Camino». El empleado hará su mejor intento por mantener una mirada
de indiferencia en su rostro mientras te entrega una llave, la cual, según
explicará, pertenece a un cuarto de suministros descontinuado en el edificio.
Cuando localices y abras la puerta correcta, encontrarás un camino estrecho y
ventoso suspendido en un vacío interminable. Caer del sendero es ser lanzado
fuera de la realidad misma; una eternidad de pesadillas de terror inconcebible
le espera a cualquiera que caiga al vacío, ya sea por su propio error o por
haber sido tirado del camino por las monstruosidades inmortales que residen en
las afueras de la creación.
Si alguna vez sientes como si estuvieras siendo observado
mientras pasas a través de este tramo olvidado, lo mejor que puedes hacer es
detenerte en seco de inmediato y contener la respiración. Continúa así hasta
que tu audiencia pierda interés en ti, o hasta que se aproximen reclamándote
como suyo. Si ocurre lo último, siéntete libre de gritar tan fuerte como
quieras, aunque tus gritos caerán en oídos sordos.
Eventualmente el paso acabará en una puerta. Al abrirla
encontrarás
un cuarto pequeño y polvoriento. Apoyado contra la pared
lejana estará un cuerpo muy demacrado; los vestigios que restan de su piel han
sido gravemente consumidos por la necrosis. No tendrá nada más de extraño, a
menos de que te le acerques y preguntes: «¿Cómo adquirieron guardianes?».
Si dicha línea es pronunciada, el «cuerpo» comenzará a
moverse. Una sutil luz roja emanará de las cuencas de sus ojos al instante que
alce su cabeza y comience a relatar la larga y macabra historia de los
Portadores. Hablará de pactos profanos y atrocidades impronunciables. Si le es
dado el nombre de cualquier Portador, revelará su historia y el significado del
Objeto que protege. Bueno, de casi todos los Portadores. Verás, él nunca
entrará en detalle sobre sí mismo. Esto es porque el espectro espera que el
visitante no pregunte por qué pareciera que carece de un Objeto. A decir la
verdad, su Objeto fue de alguna manera sellado en el interior de su cráneo, y
el destello siniestro dentro de las cuencas de sus ojos es realmente la luz
brillante del Objeto atrapado dentro.
Ese es el Objeto 7 de 538. Su Portador hará lo que sea para
mantenerlo fuera de tu alcance.
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